La economía circular va escalando posiciones entre los sectores económicos a nivel mundial. Cada vez tiene más aceptación y son más las empresas que quieren sumarse al reciclaje de residuos y la reutilización para conseguir ahorrar dinero y crear empleo al mismo tiempo. Pero, ¿Quién impulsó este paradigma económico? Fue una mujer deportista de élite, Ellen MacArthur.
La propuesta de MacArthur se basa en maximizar el valor de los materiales utilizados, creó la fundación que lleva su nombre en el año 2010 y ya ha firmado acuerdos con grandes multinacionales como Google o Danone. El gigante de internet trabaja para integrar los principios de la economía circular en su infraestructura. Por su parte, la compañía de alimentación colaborará para rediseñar el futuro de los plásticos tras su proceso de envasado. La idea es utilizar materiales sostenibles y que tengan una segunda vida útil.
Otros socios globales de la Fundación Ellen MacArthur son empresas como H&M, Nike, Philips o Renault... Lo más importante para MacArthur es que la economía circular pueda aplicarse en el mundo real y se camine hacia una verdadera transición.
Al margen del trabajo de divulgación que pretende MacArthur para que el cambio de paradigma sea una realidad cuanto antes (ya ha contactado con grupos de lobbies en Bruselas para que su método llegue a la Eurocámara) son varios los proyectos que tienen entre manos desde su fundación. Destaca uno a nivel educativo, cuyo objetivo es acercar la economía circular al ámbito de la educación y potenciar la enseñanza online.
Ellen MacArthur nació en el Reino Unido en 1976 y es una apasionada del mar desde bien pequeña. A los 18 años recorrió la costa del Reino Unido en su propio velero y en 2001 consiguió la fama mundial al quedar en segundo lugar en la regata VENDÉE GLOBE, en la que navegó alrededor del mundo sin escalas. Era la única mujer de la competición y también se llevó el récord de ser la fémina que más rápido había dado la vuelta al planeta.
La propia MacArthur ha explicado en varias ocasiones que pasar tanto tiempo sola en el barco le hizo pensar, también el hecho de tener que racionar todo cuanto tenía en el velero. Esos alimentos eran los que tenía y se podían acabar en cualquier momento. Ahí se dio cuenta de la importancia de cambiar el actual modelo de economía lineal. Señala que “la economía global depende de materiales finitos que se consumen y desaparecen”.
Tras esta experiencia, MacArthur se interesó por el mundo de la economía y se entrevistó con varios expertos. Llegó a la conclusión de que el tejido empresarial funciona bajo el lema de “usar y tirar”, algo que no tiene futuro porque los recursos son finitos. MacArthur propuso entonces un modelo en el que los materiales se reintegren en el proceso económico de forma circular, y por lo tanto infinita. Para ello es necesario reciclar, reutilizar y aprovechar al máximo todos los recursos.
Desde que puso en marcha su fundación en el año 2010, trabaja para conseguir que el cambio de paradigma económico sea una realidad cuanto antes.