Los avances en el sector de la construcción se nutren del progreso continuo de las nuevas tecnologías y esos adelantos permiten caminar hacia un tipo de construcción más sostenible que la tradicional. Una construcción en la que se aprovechan al máximo cada uno de los recursos utilizados como en el caso de aquellas edificaciones que funcionan como bancos de materiales.
Se trata de un lugar natural, formado por roca, arcilla, grava o arena que puede utilizarse en construcción y que previamente ha sido estudiado para determinar si es posible extraer de allí materiales y por tanto utilizarse como banco.
Los bancos de materiales se detectan gracias a la utilización de técnicas como:
• Observación del terreno.
• Utilización de pozos a cielo abierto.
• Estudios geofísicos.
• Sensores remotos.
• Fotografías interpretativas.
Los edificios sostenibles son algo más que construcciones con certificados de eficiencia energética (gastan menos energía) y sistemas de aprovechamiento del agua de la lluvia. También es vital tener en cuenta el tipo de material con el que se construyen y su reutilización Y es que solo en Europa hasta un 30% de los residuos que se generan provienen del sector de la construcción. Los expertos aseguran que, si continuamos explotando el actual modelo de economía lineal, Europa necesitaría entre 2 y 3 planetas Tierra para poder seguir con nuestra forma de vida. Por eso se apuesta cada vez más por la economía circular y por crear edificios que favorezcan la vida y que funcionen como sistemas con flujo de materiales.
Si se quiere apostar por una sostenibilidad al 100% en la construcción de edificios, éstos deben ser diseñados como si de un banco de materiales se tratase. Esto, ¿qué significa? Que esos materiales seguirán estando disponibles cuando su ciclo de uso haya terminado en esa construcción y volverán a circular como elementos nuevos en otro proyecto o bien se devolverán a la Biosfera como nutriente.