No cabe duda de que la economía circular es el modelo para hacer posible un futuro de abundancia y bienestar para todos. Gobiernos, empresas y organizaciones trabajan intensamente en todo el mundo para acelerar su implementación. A nivel individual aún hay mucho trabajo por hacer. El cambio de mentalidad que implica pasar de un modelo de “consumidor” a un modelo de “usuario” es algo que no se consigue solo con la fuerza de la ley o el impulso privado. No al menos al ritmo necesario. Además, este cambio solo será posible si existen los perfiles profesionales adecuados, por ello es clave la implicación de la escuela y la universidad desde el ámbito de la formación.
A nivel internacional, existen numerosas iniciativas como la de la deportista de élite, Ellen MCArthur, de la que ya os hablamos en este artículo y que con la fundación que lleva su nombre apuesta por maximizar el valor de los materiales. Ha firmado acuerdos con multinacionales como Google y su fundación es la co-creadora de un curso sobre economía circular en la Delft University of Technology. Otros centros de educación superior de Alemania contemplan en sus programas reglados formación en economía circular.
También en España ya hay varias universidades que han incluido entre sus asignaturas y programas de formación, créditos relacionados con el aprendizaje de la economía circular. El máster de Ingeniería Industrial de la Universidad de Sevilla incluye la asignatura “Economía Circular y Sostenibilidad”, la Universidad de Nebrija ha organizado diferentes jornadas sobre este modelo económico, al igual que la Universidad de Burgos.
Pero la que ha llegado más lejos ha sido la Universidad de Oviedo, que a finales del año pasado anunció que crearía la cátedra de economía circular con el objetivo de sensibilizar y formar en el ámbito de los residuos así como fomentar el I+D para su gestión.
También la Universidad de Santiago de Compostela ha dado pasos importantes con la creación del I Premio Internacional de Investigación en innovación y economía circular. Un galardón convocado en el marco del Máster de Desarrollo Económico e Innovación (DEIN) y financiado por la Diputación de A Coruña.
La formación reglada: El gran reto a conseguir
A excepción de la asignatura que se imparte en la Universidad de Sevilla, la mayoría de centros universitarios se centran en acoger jornadas y ofrecer cursos y formaciones no regladas. El gran reto es conseguir que todo ese aprendizaje se base en titulaciones y en asignaturas oficiales.
Con esto se consiguen dos objetivos que resultan imprescindibles y prioritarios:
¿Cómo garantizar la calidad técnica en un ámbito tan reciente y en gestación?
Lo fundamental es acudir a las fuentes. Es verdad que la Economía Circular se ha popularizado en los últimos 5 años, pero es un concepto que ya existe desde hace varias décadas, aunque no se denominara así. Uno de sus padres es Walter Stahel, arquitecto suizo que en la década de 1970 publicó un informe titulado “El potencial para sustituir la energía por la mano de obra” que cuestionaba el modelo lineal que llevaría a destruir el planeta y apostaba por el ingenio para reparar productos en vez de crear otros nuevos.
Desde entonces se ha trabajado para alcanzar esa meta denominada Economía Circular, que se ha valido de herramientas como el Biomimicry, la ciencia que busca emular a la naturaleza con el fin de encontrar soluciones prácticas a las necesidades del mundo; y de otras más conocidas como el C2C® (Cradle to Cradle®), una visión transversal que mira la salud y potencial recirculación de los materiales, la utilización de los recursos en el proceso productivo y el respeto a las personas.