En cada uno de los proyectos que afrontamos tenemos el objetivo claro de producir y cuantificar el impacto positivo de nuestra acción, en las personas, la sociedad y la economía.
Desde Construcía apostamos por influir positivamente en las personas, y mas allá de generar espacios “menos malos”, diseñamos y construimos espacios saludables y confortables. Con impacto positivo.
Vivimos en un entorno cada vez mas agresivo e impredecible. Desde nuestra posición podemos influir positivamente en el entorno inmediato, donde desarrollamos fundamentalmente nuestra actividad. Sedes corporativas, espacios comerciales, etc.
Los alimentos que consumimos, y en el caso que nos ocupa, los materiales que hemos venido utilizando en la construcción, utilizan productos químicos que pueden llegar a generar daños muy importantes en la salud. Esto afecta directamente a la calidad del aire que respiramos, llegando a tener en algunos interiores una calidad de aire ocho veces peor en el interior que en el exterior. Y esto teniendo en cuenta los entornos urbanos, donde la calidad del aire exterior está lejos de ser optima.
Exclusivamente, desde un análisis pormenorizado de los componentes que utilizamos en la construcción, podemos garantizar que el entorno que habitamos impacte positivamente en las personas. Esto se traduce en una mejora de la salud de los usuarios, haciéndonos mas resilientes.
En este sentido marcamos como nuestras base de referencia la certificación de producto Cradle to Cradle. Esta analiza a nivel molecular los componentes químicos de cada producto, con las máximas prestaciones de salubridad para el usuario final, garantizando un uso efectivo de los recursos (agua y energía) y favoreciendo un modelo circular de materias primas.
Pero no habitamos solamente el entorno más inmediato, y desde Construcía pensamos que nuestra labor debe tener igualmente un impacto positivo en la Sociedad y el Medio Ambiente.
Creemos en un modelo que va mas allá de generar “Cero Residuos” (reducción del impacto negativo), ya que entendemos que hay que evolucionar hacia un modelo que directamente genere nutrientes (impacto positivo). Y eliminar así el concepto de residuo.
El conocimiento de los elementos y sistemas constructivos hasta su nivel molecular nos permite identificar los componentes para reutilizarlos en futuros ciclos. Se hace bien como nutrientes biológicos (compostables), bien como nutrientes tecnológicos (materia prima para generar nuevos productos).
Además priorizamos el uso de energías renovables, favoreciendo entornos capaces de generar excedente de energía. Y garantizamos también un uso efectivo del agua, para conseguir un agua mas “limpia” después de haberla utilizado.
Apostamos por un modelo que implica un cambio de paradigma frente a sistemas convencionales de sostenibilidad, donde se supone que no consumir te hace mejor ciudadano, y no tiene por qué ser así.
Un modelo circular permite asumir de forma positiva que las cosas no tienen que durar para siempre, lo que permite acceder de forma mas efectiva a la innovación e incorporarla en los materiales y equipos que utilizamos. Funcionando como un sistema regenerativo, que evoluciona y se enriquece.
Para ello el Grupo Construcía ha desarrollado una metodología propia, Lean2Cradle® Construcía , que aúna los criterios de diseño fijados por Cradle to Cradle, con la metodología de trabajo Lean Construction. Esto nos permite, mediante una planificación optimizada, y revisión constante de procesos, garantizar un modelo circular de reaprovechamiento ilimitado de materias primas y recursos. Todo esto sumano a la capacidad de generar beneficios tangibles a su entorno.
Finalmente, entendemos que las personas se relacionan en sociedad a través de un sistema económico. Por eso, desde Grupo Construcía analizamos y ponderamos los beneficios económicos que se derivan de utilizar nuestro modelo de construcción circular.
La implementación de mejoras en los espacios de trabajo tanto en salud como en confort, las reducciones en ecotoxicidad o en la huella de CO2, son medibles y se reflejan, de forma positiva, en los balances de las principales empresas hoy en día.
La transformación de los componentes de un edificio o instalación en nutrientes los dota de valor, generando un valor residual de la construcción. Un valor que somos capaces de medir y actualizar al o largo de la vida útil del edificio.
Igualmente se puede cuantificar el impacto positivo económico de nuestro modelo circular Lean2Cradle® en la reducción de riesgos:
Para identificar de forma veraz el impacto positivo que producimos en personas, sociedad y economía, utilizamos una herramienta diseñada por Grupo Construcía: el Material Passport. Gracias a él, podemos analizar la trazabilidad de todo el proceso.
Es la única herramienta que nos permite tomar decisiones para una construcción circular, especificando componentes, definiendo métricas y analizando resultados.