Según el Barómetro de la Vivienda Saludable de 2018 publicado por Grupo Velux, que tiene como objetivo saber en qué estado se encuentran los edificios europeos examinando los efectos de la vivienda en la salud de sus inquilinos, 1 de cada 6 europeos vive en una casa insalubre. Este hecho origina unos costes a la UE de 194.000 M€. El 73% de los propietarios afirman que la principal razón para haber hecho una rehabilitación de su vivienda ha sido su propio bienestar.
Las estadísticas reflejan que España es el segundo país de la UE donde más ha crecido el extrarradio en los últimos 50 años, alcanzando la población en áreas suburbanas un crecimiento del 139%, frente al 47% en el resto del territorio europeo.
Además, casi la mitad de los edificios o propiedades españoles se han construido antes de 1979 y, en Europa, dos de cada tres edificios habitados tienen más de 40 años, lo que los convierte en espacios potencialmente insalubres para la población.
Principales inconvenientes para aplicar la rehabilitación en una casa insalubre
Según la Comisión Europea, las principales barreras con las que se encuentran los propietarios de las viviendas para llevar a cabo su rehabilitación son las siguientes:
- La información: la falta de información accesible y sencilla sobre los beneficios de la eficiencia y el confort derivados de la rehabilitación.
- Incentivos repartidos: sobretodo en el caso de las viviendas de alquiler, los inquilinos no suelen hacer una rehabilitación, ya que su incentivo tiene una limitación temporal y los propietarios no se ven como beneficiarios directos de la inversión.
Según el Barómetro de la Vivienda Saludable 2018, existen ciertas tecnologías para llevar a cabo rehabilitaciones rentables, pero para que el mercado lo aplique, hace falta que las soluciones se adapten y se simplifiquen.
- Falta de visión de la viabilidad: incapacidad por ver la rehabilitación como algo positivo, como una inversión a largo plazo.
- Costes operativos elevados para proyectos pequeños: en rehabilitaciones pequeñas los costes de poner en marcha el proyecto y encontrar los constructores adecuados pueden ser excesivamente elevados.
- Mercado de valores: actualmente las entidades de crédito son menos activas a la hora de facilitar este tipo de inversiones y hay cierta falta de acceso a la información sobre la financiación.
¿Cuál es la solución para que se implementen las rehabilitaciones?
El Barómetro de la Vivienda Saludable 2018 recoge que para romper las barreras de la rehabilitación hay dos tipos de incentivos:
- Los incentivos por recompensa (por ejemplo, las subvenciones) que pueden ser eficaces, pero deben aportar algo más, como impulsar los proyectos de rehabilitación que de otra forma no se habrían realizado.
- Los incentivos por requisito (por ejemplo, mediante la legislación) también pueden favorecer la actividad de rehabilitación. En este sentido, el informe hace referencia a la reciente revisión de la EPBD (Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios), que incluye requisitos para el clima interior y que, si se implementan correctamente por todos los estados de la UE, pueden ayudar a promover la rehabilitación dando lugar a edificios más saludables y eficientes en toda Europa.
La idea principal que refleja el Barómetro de la Vivienda Saludable de este año es que promover la rehabilitación no es solo responsabilidad de políticos y legisladores, sino que la industria de la construcción -fabricantes y constructores- también tiene su parte de responsabilidad.